jueves, 16 de septiembre de 2010

sorlaidysvocacional: La vocación es elección

LA GRANJA DE LOS DONES)
Sor Laidys A. Peguero Rodríguez, hccs
(arzobisprensa@hotmail.com)

En una pequeña granja ubicada en el norte de un país, habían animales de todos los colores y tamaños, su particularidad era que todos, sin excepción, tenían un don, que los caracterizaba. Uno tenía el don de cantar, con su voz a todos agradaba; otro el don de la palabra, era quien animaba las reuniones en la granja; otro podía bailar y ponía la chispa en todas las fiestas.
En la granja existía una pareja que no había procreado ningún animal, todos lo consideraban como una desgracia. Eran el señor gallo y la señora gallina. Ellos tenían grandes dones. La señora gallina hacía los guisos más sabrosos, con ellos fortalecía y sanaba a todos los animales débiles; el señor gallo tenía el don de la amistad y no había animal que no lo conociera. Como no habían procreado hijos, un señor a quien el señor gallo había ayudado unos años atrás, decidió hacer algo por ellos, y sin que el señor gallo supiera cómo o de donde, dejó a su puerta un diminuto animal, que se había quedado huérfano. En la mañana cuando el señor y la señora gallina salían a buscar alimentos, descubrieron en su puerta aquel pobre animalito. Después de preguntar de quien era, sin obtener respuesta, se dijeron: “Es un regalo”. La señora gallina se encargó de él y con uno de sus caldos, aquel flacuchento fue tomando fuerzas y pronto cobro vida. La señora gallina estaba muy feliz y todos se alegraban con la pareja, decidieron ponerle nombre: “Se llamará pollito”.

Llegado el momento lo sometieron a examen para conocer su don, pero él no tenía ninguno. En su infancia pollito tuvo una sola amiga, “la periquita”. Era la única que se le acercaba, pues se comentaba en la granja que no tenía ningún don. Un día a espaldas de los padres y de pollito, se reunieron todos para decidir su suerte. Decían: “No puede seguir aquí si no tiene un don”. Decidieron entonces, expulsarlo de la granja. Periquita desaprobaba aquella atrocidad. Pollito en lo oculto escuchó y salió desconsolado, al darse cuenta periquita salió a buscarlo.

Por el camino se produjo una tormenta y periquita cayó a un río, gritaba “Auxilio, me ahogo y nadie la escuchaba”, ya casi al sucumbir, pollito escucho sus gritos y con su diminuto cuerpo se lanzo a salvarla, logró sacarla, pero el quedó como medio muerto, ella recobró el sentido y fue a avisar a los demás, llegaron todos y formaron un círculo para darle el último adiós y agradecerle haberla salvado. Como un milagro, un rayo de sol lo devolvió a la vida, su gran don fue su “fuerza” que se realizaba en medio de su debilidad.

Amigo lector: ¿cuál es tu don? ¿Qué es eso que haces, qué te caracteriza y qué es regalo de Dios? Descúbrelo y ponlo a funcionar.


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