martes, 27 de septiembre de 2011


Un día cotidiano 

Caminaba una tarde junto a mi madrina una religiosa, acabamos de salir de un programa de radio en una plaza comercial, nos encontramos en el trayecto a casa con un señor que había perdido la vista y por tanto no podía manejarse con facilidad, el deseaba llegar a la súper intendencia de bancos pero por su discapacidad se le hacia muy difícil de encontrar el camino ,al ver esto nos movió un gran deseo de ayudarlo fue entonces cuando mi madrina decidió ayudarle y lo acompaño hasta su destino,en ese  momento fue cuando descubrí mi vocación es decir la vocación a la que todos y todas estamos llamado el amor y el servicio que no es mas que ser sustento para otros es el dar un poquito de lo mucho que Dios nos ha dado es descubrir que en la sencillez de la vida podemos ayudar a otros. Fue en ese momento cuando descubrí que por medio de mis ojos, otro puede ver el mundo y que puedo darle el regalo mas grande a un ser que en algún momento dejo de tener esta capacidad. Aprendamos a ser sustentos para otros y ayudar a aquellos que en verdad necesitan de nuestra ayuda. En aquella plaza pude observar que aunque estaba aquel señor que no podía ver y que tenia muchas dificultades para manejarse habían personas que simplemente se miraba en un espejo y se maquillaban y arreglaban y pensaban en que buena estuvo la fiesta de anoche sin embargo aquel señor ciego pensaba en que deberían tratar mejor a las mujeres embarazadas, en los demás  es decir es increíble como el con dificultad pensaba en otros y nosotros que no tenemos ninguna dificultad nos pasamos la vida pensando solo en nosotros no nos preocupamos por ayudar a un hermano o simplemente por mirar mas allá de lo físico y observarnos dentro y ver que en verdad en la vida hay cosas más importantes que mirarnos en un espejo. No hemos venido a ser servidos sino a servir.



Winifer Peralta Núñez
27/09/2011

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