lunes, 12 de septiembre de 2011

Dulce nombre de María


Hablar del dulce nombre de María, es hablar de amor, el amor a Dios, el amor a los hermanos, el amor al pueblo, a la cultura. María, amó con ternura a su pueblo, acogiendo su cultura, sus costumbres, y llevando la misma esperanza de sus hermanos.

Hablar del dulce nombre de María, es ser invitados a acoger con alegría la llamada de Dios, desde el momento en que el nos propone su plan de amor, esa misión que tiene preparada para nosotros. María abrió su corazón a esa propuesta de salvación para todos, y dejó todo para seguir ese proyecto, aún en medio de las consecuencias que esto implicaba.

Hablar del dulce nombre de María, es saber que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y que por esa razón somos llenados de su gracia, es decir de su Santo Espíritu. María como criatura de Dios se dejó llenar y dejó actuar en ella al Espíritu Santo. Para nosotros el saludo del ángel "Alégrate, Salve, llena de gracia" es la afirmación de que María y junto a ella todos y todas estamos llenos de la gracia de Dios, el habita en cada uno, solo, que muchos de nosotros ignoramos esa gracia y nos desviamos por otros caminos, y con la libertad de la que gozamos, perdemos esa acción, esa presencia, pero no es que literalmente la perdemos, es solo que no la valoramos.

Hablar del dulce nombre de María, es hablar de intercesión: Pablo en su primera carta a Timoteo 2 1-8 invita a hacer lo que es primero, "hacer oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos". Acogiendo esta invitación e instruida por sus Padres, es seguro que María recibió esta enseñanza, que era un actitud de cada hombre y de cada mujer del pueblo de Israel. Podemos ver el ejemplo en Abraham cuando intercede ante Dios por los hombres de Sodoma y Gomorra en el libro del Génesis capítulo 18 "Se acercó Abraham al Señor y le dijo: "¿Así que vas a borrar al justo con el malvado?..... Tú no puedes hacer tal cosa:.... Replicó Abraham: "¡Mira que soy atrevido de interpelar a mi Señor,..... Insistió: "No se enfade mi Señor si le digo: "Tal vez se encuentren allí treinta". Respondió: "No lo haré si encuentro allí a esos treinta." ...
Esta actitud de interceder que es buena y grata ante los ojos de Dios, es la que a lo largo de la historia vemos en María, ella hace oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los pueblos. Siempre María intercede "desde las bodas de Caná, cuando apremia a su hijo "la Madre de Jesús le dijo: No tienen vino" Juan 2 1-11 María dulce madre nos guía por los caminos de la intercesión, de la oración y ahora con más fuerza, en nuestro tiempo en que vemos como se caen los grandes sueños de la humanidad, esta destrucción de proyectos, de valores, viene realizada por la misma acción del hombre, que destruye lo que con la sabiduría recibida de Dios, ha construido. Interceder por todos es la invitación que nos hace Dios por medio de Pablo: "quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando manos limpias de ira y divisiones" (1 Timoteo 2, 8)

Hablar del dulce nombre de María, es hablar de trabajo, como el que realizaba ella en la casa de Nazaret, para sacar adelante a su familia, trabajo digno, con esfuerzo dedicación y alegría.

Hablar del dulce nombre de María, es hablar de sencillez, de cariño, y es proclamar cada día, la grandeza del Señor, y alegrar nuestro espíritu, solamente en Dios nuestro salvador, porque el mira nuestros corazones y regala sus bendiciones a todos y a todas.


Sor Laidys A. Peguero Rodríguez, HCCS

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