lunes, 22 de agosto de 2011

Te amo

Te amo
Como podría yo seguir adelante en esta vida sin expresarte el amor que te tengo.
Te amo, a ti que sin importar que día de la semana sea, me levantas tempranito y me invitas a dar gracias, pones en mi corazón el agradecimiento que debo a mi Dios. Me despiertas con un concierto de pajaritos y me mueves a orar primero ofreciendo a Dios mi día, luego encontrándome con Él a través de los salmos, y preparada de esta manera, no pierdes la oportunidad de invitarme al gran banquete dónde recibo a mi amado Jesús, cada día, y así fortalecida con tan excelente manjar me lanzo al trabajo, a la misión a mi compromiso de ser parte de los obreros de la viña del Señor.
Te amo, a ti, que me das y me has dado tantas oportunidades, tantos momentos, tantas experiencias que me han acercado a Dios. Te amo a ti que lo has dado todo por mí y no me dejas jamás sola. Te amo, porque me has enseñado lo feo del pecado, pero por sobre todo eso me has mostrado un Dios misericordioso, que me espera al final del camino, y cuando me ve regresar, se acerca, me abraza, me pone anillo, sandalias y hace fiesta porque me ha recobrado con vida.
Te amo porque me has llevado por el camino de la meditación de la palabra, me invitas a recibir las luces que de esa lámpara “la palabra” salen para alumbrar mis pasos. Y cómo no amarte si cada vez que me he alejado de la palabra estas ahí para decirme, busca de nuevo el néctar que sólo la palabra de Dios puede darte.
Te amo porque me enseñaste un día, con la sabiduría que te caracteriza, que la comunidad es la fuente donde podemos beber la gracia de ser hermanos y hermanas, me invitas con tu ejemplo a amar a mis hermanos y hermanas, a crecer, a aprender y complementarme con su diversidad.
Te amo, a ti, que me invitas a servir, a darme, a buscar en todo momento la voluntad de Dios para mí y para las personas que me rodean.
Te amo, a ti, que dulcemente me has indicado el ejemplo de María, la madre de Jesús, y de su ejemplo he aprendido a guardar las cosas en mi corazón y a desear estar con Jesús, a través de mis hermanos.
Te amo, a ti, que has dado tantos momentos felices a muchos y a muchas, y que esperas a otros y otras que han perdido el horizonte, para con el don de enseñar que tienes, mostrarles que solo con Dios podemos perseverar hasta el final.
Te amo, a ti, y como llamarte, sino como madre, te llamo madre, a ti, VIDA RELIGIOSA, por darme tanto, y por enseñarme el camino para realizar la vocación, mi llamado personal que se convierte en llamado de todos y todas, pues estamos invitados e invitadas a seguir a Jesús en la vocación a la que él nos llama a cada uno.

Sor Laidys A. Peguero Rodríguez

2 comentarios:

  1. Que bello Sor, hermosas palabras. DIOS es asi, maravilloso, único, hermoso, FIEL, LEAL, Me faltan palabras para expresar lo maravilloso del amor de Dios hacia nosotros; Me encanta esta parte Te amo, a ti, que me das y me has dado tantas oportunidades, tantos momentos, tantas experiencias que me han acercado a Dios. Te amo a ti que lo has dado todo por mí y no me dejas jamás sola. Te amo, porque me has enseñado lo feo del pecado, pero por sobre todo eso me has mostrado un Dios misericordioso, que me espera al final del camino, y cuando me ve regresar, se acerca, me abraza, me pone anillo, sandalias y hace fiesta porque me ha recobrado con vida. Dios hace maravillas! :D

    ResponderEliminar
  2. Así es Jamile no hay nadie como el Señor, el de verdad es maravilloso.

    ResponderEliminar

Dios es nuestro refugio de generación en generación