domingo, 24 de julio de 2011

Dios está junto a mí


Dios está junto a mí, me acompaña, me ama y no me retira su gracia. Dios está junto a mí, lo siento cerca y después de la tormenta veo como en cada momento estuvo conmigo.

Dios está junto a mí no me deja sola, me ha dado la vocación, tiene deseos, tiene proyectos conmigo. Dios está junto a mí aunque a veces se me hace difícil notarlo. En cada cosa que puedo lograr, en la bondad que puedo mostrar, en el consejo que puedo dar, en lo sincera que puedo ser, ahí está Dios.

Dios está junto a mí en los momentos en que mis relaciones se vuelven vanas, se vuelven fin y no medios, ahí está él mostrándome que es el amigo que nunca falla, y descubro que todo es nada comparado con él, que es el tesoro por el cual debo vender todo para tenerlo y que él me tenga a mí. Dios está junto a mí y no es un sueño o una teoría, ni siquiera una palabra bonita, es una presencia real, la compañía que yo necesito es quien me plenifica definitivamente Dios está a mi lado y me ama tal como soy.

Dios está junto a mí y su compañía se refleja más en esos momentos en que el amor que me da me mueve a amar, a servir, a hacer lo posible y a veces lo imposible buscando el bien de los demás.

Dios está junto a mí en todo lo que hago, aunque a veces algunas cosas me salen mal, y me frustro, pero Dios se hace presente y me consuela, diciéndome “levántate e inténtalo de nuevo”

Dios está junto a mí cuando me fallan los que amo y su traición duele tanto, Dios ahí me muestra su amor reorganiza, limpia, sana mi corazón y me hace ver las cosas de otra manera.

Dios está junto a mí, su amor por mi perdura para siempre, es incondicional, gratuito, y sólo demanda de mi una única cosa, que yo de manera consciente y libre me deje amar por él.

Dios está junto a mí, promete en su palabra el perdón para mí, cuando usando la libertad hago lo que me hace daño. Promete levantarme y me promete su paz.

Dios está junto a mí, cuánto es su amor por mí, cuántas las promesas cumplidas, cuánto el tesoro de su gracia derramado en cada cosa que ven mis ojos cada día, las flores, el sol, las aves, los ríos, el mar, toda esa belleza la experimento porque Dios está junto a mí, pero no solo junto a mí está, sino que se hace presente en todos los seres creados por amor.

Dios está junto a mí y aunque a veces el camino no lo veo tan claro, o no puedo descubrir su voluntad de amor, por mi ceguera, el por su espíritu Santo me da la gracia de encontrarla, así soy feliz al cumplir su designio de amor para mí.

Sor Laidys A. Peguero Rodríguez hccs

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