Un
día cotidiano
Caminaba una tarde junto a mi madrina una
religiosa, acabamos de salir de un programa de radio en una plaza comercial,
nos encontramos en el trayecto a casa con un señor que había perdido la vista y
por tanto no podía manejarse con facilidad, el deseaba llegar a la súper
intendencia de bancos pero por su discapacidad se le hacia muy difícil de
encontrar el camino ,al ver esto nos movió un gran deseo de ayudarlo fue
entonces cuando mi madrina decidió ayudarle y lo acompaño hasta su destino,en
ese momento fue cuando descubrí mi vocación
es decir la vocación a la que todos y todas estamos llamado el amor y el servicio
que no es mas que ser sustento para otros es el dar un poquito de lo mucho que
Dios nos ha dado es descubrir que en la sencillez de la vida podemos ayudar a
otros. Fue en ese momento cuando descubrí que por medio de mis ojos, otro puede
ver el mundo y que puedo darle el regalo mas grande a un ser que en algún
momento dejo de tener esta capacidad. Aprendamos a ser sustentos para otros y
ayudar a aquellos que en verdad necesitan de nuestra ayuda. En aquella plaza
pude observar que aunque estaba aquel señor que no podía ver y que tenia muchas
dificultades para manejarse habían personas que simplemente se miraba en un
espejo y se maquillaban y arreglaban y pensaban en que buena estuvo la fiesta
de anoche sin embargo aquel señor ciego pensaba en que deberían tratar mejor a
las mujeres embarazadas, en los demás es
decir es increíble como el con dificultad pensaba en otros y nosotros que no
tenemos ninguna dificultad nos pasamos la vida pensando solo en nosotros no nos
preocupamos por ayudar a un hermano o simplemente por mirar mas allá de lo
físico y observarnos dentro y ver que en verdad en la vida hay cosas más
importantes que mirarnos en un espejo. No hemos venido a ser servidos sino a
servir.
Winifer Peralta Núñez
27/09/2011
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